EL OCIO, LOS ESPECTÁCULOS, EL JUEGO Y LA INDUSTRIA DE LA FELICIDAD, CUMPLEN UN AÑO DE DRAMÁTICA SUPERVIVENCIA

EL OCIO,  LOS ESPECTÁCULOS, EL JUEGO Y  LA INDUSTRIA  DE LA FELICIDAD, CUMPLEN  UN AÑO DE DRAMÁTICA SUPERVIVENCIA
17/03/2021

El domingo 14 de marzo se cumplió un año. Sí, un año de pandemia, de sin sabores e incertidumbres constantes y sin un rumbo definido.

Este sector se ha topado con un socavón en el camino. Un sector que desde los años 60 ha sido el motor de este país. A través de la paella, la sangría, la música y el espectáculo; seña de identidad de este territorio que además constituye un aporte indiscutible al PIB. De ahí, la importancia de seguir manteniendo esta industria del ocio, de la música, de la felicidad, que sin duda alguna es el complemento diferenciador necesario para la industria turística de la Comunitat Valenciana y de España.

Nuestras salas de fiesta, baile y discotecas se encuentran cerradas desde antes de la declaración del Estado de Alarma, aquel fatídico 14 de marzo de 2020. Se encuentran muertas, desocupadas, llenas de un enorme vacío y de un escalofriante silencio. Pistas de bailes clausuradas sin que los artistas, actores, productores y dj´s puedan crear magia en ese escenario donde la música, la innovación y la creatividad artística nacen.
Las discotecas, salas de baile y fiesta se mueren. Qué difícil es decirlo, pero así es. Cuando todo esto pase más de 1000 salas habrán desaparecido, se habrán evaporado yéndose con ellas, un millón de recuerdos, de canciones, de empleos y de riqueza.

Y los dj’s, que a la chita callando, han ido recorriendo todo el mundo durante estos años, llevando el sonido de valencia por todos los rincones. Ahora, nuestra Consellera, dice que eso no, que escuchar música con dj hace que la gente se mueva demasiado, si la escucha por spotify, parece ser que la gente no se mueve. Es lo que hay, cuando no se conoce el sector, la música para la Consellera no es terapéutica.

Los pubs, cafés teatros, cafés conciertos, cafés cantantes: sin música, sin café y sin cantantes. Nuestros locales tan arraigados en nuestra Comunitat, en la actualidad están mudos. El tardeo que empezaba a despegar, a introducirse como un nuevo modelo de ocio, no ha sido capaz de resistir a la pandemia.

Las empresas de espectáculos. ¿Las recordáis? Llenaban los espacios de las ciudades y las plazas de los pueblos de nuestra Comunitat, eran la banda sonora de cualquier celebración o fiesta patronal. Nos ofrecían espectáculos de orquestas, variedades, carpas al aire libre y un sinfín de servicios de entretenimiento. Están ahí, siguen existiendo pero se encuentran abandonadas por la Administración y sin ayudas directas. Sus camiones, esos que recorrían toda la Comunitat están aparcados en sus naves, a la espera de un tiempo nuevo, que les permita reiniciar la actividad. Los cantantes, artistas y músicos, están en un “pause” tan largo que parece un “stop”. No pueden preparar espectáculos, ni hacer sonar las partituras; pues no saben cuándo será la la próxima temporada. Ellos y todos necesitamos dar al botón del “play”.

La industria del juego nuestras salas de bingo. Una industria renovada que se había adaptado a la nueva realidad tecnológica, que había cambiado el chip con un juego social y más divertido. La implantación del bingo electrónico había traído una luz de esperanza, manteniendo los puestos de trabajo y dando un aire fresco a las empresas. La pandemia les ha vuelto a dejar en el abismo: sin salida. Las pérdidas se acumulan. Un bache más para un sector que siempre resurge, y resurgirá.

Salones de boda y eventos: un año sin celebraciones. La suspensión de las bodas, comuniones, actos sociales han dejado los jardines y los salones tristes, cerrados y viendo pasar el tiempo. El tiempo parece que se esfuma, y la Covid, no nos da respuesta. No sabemos cuándo se podrá volver a celebrar ni cuando nuestros salones se volverán a llenar para poder volver a disfrutar de la gastronomía, las celebraciones y los eventos con la profesionalidad que caracteriza a este sector.

Los festivales de la Comunitat Valenciana, eran la envidia internacional. Una industria que estaba en pleno auge, auge efímero y truncado que se ha llevado la COVID 19. Y que espera volver a reinventarse cuando antes, con nuevas formas de crear eventos, pero que son machacadas una y otra vez por ese virus; que no encontramos en ninguna parte, y que rompe todas las iniciativas y expectativas empresariales. Volverá nuestra música y la alegría a los festivales de la Comunitat.

Ante este catastrófico escenario, un empresario que está navegando en un mar adverso, intentando salvar todas las olas, con una ingeniera financiera de estado de guerra, que solo espera el inicio de la actividad para poder reinventarse y salir de esta lotería inversa que le ha tocado. Así lo hizo en la crisis del golfo del 94 y en la del 2008, nuestro empresariado es fuerte, innovador, creativo, en la adversidad se crece y busca todas las fórmulas para salir del abismo, aunque en esta ocasión nos lo han puesto muy difícil.

Nos queda la esperanza que en el tercer milenio, que acaba de empezar, vuelvan aquellos felices sesenta donde la sangría, la paella, y los menús a ochenta pesetas, con café, copa y puro triunfaban, y hacían que nuestra economía caminara hacia la cima.

Esperemos que llegue una nueva era donde los QR, los pagos por teléfono, tarjetas y las nuevas tecnologías nos lleven a una nueva cima del éxito. Ojalá.

Juanjo Carbonell,
Secretario General de FOTUR.

 

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