LOS SALONES DE EVENTOS Y CELEBRACIONES DE LA C.V. SE PLANTAN Y NO ABRIRÁN EN LA FASE DOS POR SER INVIABLE

LOS SALONES DE EVENTOS Y CELEBRACIONES DE LA C.V. SE PLANTAN Y NO ABRIRÁN EN LA FASE DOS POR SER INVIABLE
28/05/2020

La seguridad alimentaria en los salones y la salud de las personas es un objetivo prioritario que se implanta desde antes del Covid 19

El empresariado de los salones de Eventos y Celebraciones de la Comunidad Valenciana, tras varias reuniones por videoconferencia en estos últimos días se planta, ante la apertura en la fase dos, dado que es inviable abrir sus locales en las condiciones de aforo y las limitaciones impuestas por el gobierno, situación que conlleva sistemáticamente un gasto en lo costes de estructura a pérdidas para sus empresas, no llegando al umbral mínimo de rentabilidad, lo que hace prácticamente imposible que los salones puedan iniciar su actividad en la fase 2 y probablemente tampoco en la siguiente Fase, lo que supone que los 189 salones de la Comunidad Valenciana permanecerán cerrados.

Además, esta situación conllevará incomprensiblemente, a partir de la entrada en la Fase dos, que los salones se vean obligados a pasar a sus trabajadores, de un ERTE por fuerza mayor a un ERTE DE FUERZA MAYOR PARCIAL, teniendo que asumir un coste de seguridad social a cargo de la empresa del 55 % en los salones de menos de 50 trabajadores del 70% en los de más de 50 trabajadores, lo que resulta inadmisible teniendo en cuenta que, las condiciones de su reactivación, con un bajo aforo y la imposibilidad de poder prestar la totalidad de los servicios como son, cócteles de bienvenida o barras y fiestas de fin del evento, va a ser imposible que los clientes puedan contratar en condiciones mínimas la totalidad de su celebración.

Por otra parte, existe una clara incertidumbre en el sector a la hora de poder programar la actividad a partir de la nueva normalidad, debido que hasta la fecha no existe ninguna indicación por parte de las autoridades, de las condiciones generales que se exigirán para el desarrollo de la actividad, generando una desconfianza ante los clientes que tienen previsto celebrar su boda, comunión o evento, lo que genera constantes aplazamientos en la contratación incluso más allá del último cuatrimestre del año generando un caos y una importantísima disminución en el volumen de facturación para el presente año, situación que puede desencadenar una grave crisis en el sector.

Los empresarios siguen manifestando que no están definidos los aforos, tampoco una fecha previsible de arranque total de su actividad y ello conlleva un sinfín de posibles escenarios, tanto para los consumidores y usuarios que tienen que programar la fecha de su celebración, comunicarlo a sus invitados y contratar otros servicios inertes a la realización de un evento tan especial, así como para el propio salón, que tiene que programar, planificar, y organizar su trabajo con cierta antelación, siendo necesario que por parte del Gobierno de España o de las Autoridades Sanitarias, se planifique el asunto previamente, enviando unas previsiones previas y no legislando a base de BOE de hoy para mañana.

Para nuestras empresas, es primordial garantizar la seguridad laboral de nuestros trabajadores así como, la seguridad de los clientes que asisten a nuestras instalaciones, y desde hace ya muchos años, antes de la crisis sanitaria provocada por el COVID-19, estamos sujetos periódicamente a estrictos controles sanitarios por parte de las autoridades, con protocolos, análisis y auditorías de APPC, gestión de la trazabilidad de los Alimentos y planes de seguridad alimentaria, además de mantener controles de limpieza y desinfección en nuestras instalaciones y en el caso de los eventos, siempre existe suficiente tiempo para desinfectar antes y después de cada servicio, además de tener los protocolos sanitarios auditados, muchos salones también han optado por aplicar adicionalmente la guía sanitaria del ICTE, en cuanto a restauración se refiere.

Nuestro sector tiene ciertas peculiaridades que necesitan una atención específica y nuestras empresas no obtienen sus clientes y su trabajo a la apertura de puertas, tal y como pueden pensar nuestros dirigentes, dependemos de una planificación a largo plazo, de contrataciones que en estos momentos están aplazadas y de servicios que durante las fases de desescalada no están contempladas, por lo que reclamamos y exigimos establecer líneas de negociación con nuestras autoridades para conseguir una desescalada gradual, con una flexibilización en la reincorporación de nuestro personal y ayudas económicas para el sector que garanticen la continuidad de nuestras empresas.

 

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